MEZCLEMOS NUESTROS COLORES

Somos exclavos de nuestras palabras y dueños de nuestro silencio



martes, 20 de noviembre de 2012

Miedo

Soñé que estaba sola, que me dirigía al mismo lugar de siempre, al mismo lugar que odiaba. Lo había reconocido rápidamente. A través de los vidrios rotos se podía distinguir las paredes verdes y las sillas añejas y quebradas. Aun se podía sentir el olor fuerte del alcohol y el humo hediondo del tabaco, intactos como aquellos recuerdos. Se sentía el mismo dolor que siempre, la misma angustia, el mismo recuerdo. Me frene antes de cruzar la puerta de vidrio. Todo mi cuerpo se reflejaba en la puerta de aquel lugar. Mi cara comenzó a transformarse por una mas enojada y mi angustia en odio. Se sentía como un escudo protector, como un indicio de que no quería y no debía estar allí. Retrocedí y me di vuelta para seguir caminando, era un miedo bastante intenso como para cruzar la vieja puerta una vez mas. Camine y seguí caminando, entristecida,  por la calle húmeda después de las tormentas pasadas. No pude distinguir que era lo mas triste, aquello que la gente no podía entender y que me destruía día a día, o que no pudiera cruzar la puerta sin miedo y encontrarme con las paredes verdes una vez mas.