MEZCLEMOS NUESTROS COLORES

Somos exclavos de nuestras palabras y dueños de nuestro silencio



miércoles, 14 de agosto de 2013

Un sueño

Íbamos caminando juntos, agarrados de la mano, felices, contentos.
Íbamos lento, apreciando cada segundo, se sentía como estar en otro lugar, mas allá de esta vida.
El amor era incondicional, suave, placentero. No había discusiones, ni peleas, solo diferentes pensamientos.
Al llegar a la iglesia, lugar que había marcado parte de nuestro amor, nos sentamos en el mástil. Estuvimos unos segundos mirando al frente, pensando que todo era perfecto. Junto a el podía sentirme protegida, feliz, libre, podía ser yo misma.
Me miro y me tomo de la mano, nuestros collares que simbolizaban nuestro amor resplandecían con el sol.
-Te amo y no hay nada que lo pueda cambiar. Soy para vos, sos para mi y no hay nadie que pueda llenar este vacío, si te vas.- lo seguí mirando a los ojos- Te amo y nada va a impedirlo.
- Yo también te amo, no dejaría que nada te pase jamas y  te cuidara siempre. Nada va a impedir que te deje de amar.
Entre medio de los movimientos y las voces del exterior que me iban despertando, comprendí que solamente era un sueño, un buen sueño. Pero algo irreal, algo que jamas iba a pasar. Un sueño.