MEZCLEMOS NUESTROS COLORES

Somos exclavos de nuestras palabras y dueños de nuestro silencio



miércoles, 26 de junio de 2013

La herida sana, pero uno ya no es el mismo

Amour éternel

Camine hasta a las cinco esquinas y me detuve en una de ellas. No podía dejar de pensar en como la dedicación de dos años iba directo a la basura; amor, proyectos, la creación de un nuevo futuro, todo en vano. 
Me senté en el cordón. Cuando era chica siempre imaginaba que me trataban como una princesa, que me valoraban, me respetaban , me cuidaban y me hacían sentir protegida. Si bien mi amor reciente, el amor de mi vida, el primero, no había sido como yo lo había imaginado, lo extrañaba. Se me hacia imposible seguir adelante sin el. Ya nada importaba, ya no tenia sentido mirar películas ni andar en bicicleta, caminar, todo aquello que alguna vez pude haber realizado con el ya no tenia ganas de hacerlo.
En un hueco de mi mente todavía estaba atormentada, tenia miedo, no iba a poder permanecer mucho tiempo a su lado por mas que lo quisiera.
Me pare para  cruzar la calle, decepcionada por haberme imaginado o creído que esa persona era mi príncipe azul.
Deje pasar dos o tres autos, aunque no soportaba la idea de pensar en todo lo ocurrido desde el comienzo hasta el final yo lo seguía amando. Y posiblemente lo haga hasta al final. 

  5/5/2011