MEZCLEMOS NUESTROS COLORES

Somos exclavos de nuestras palabras y dueños de nuestro silencio



viernes, 3 de mayo de 2013

El ascensor de adentro

Mmm… ¿Por qué este chico tiene un paquete? ¿Sería un regalo? Qué lindo que es, aunque mejor no lo miro, o si, mejor lo miro, sino va a quedar como que me desagrada. Quizás también piense que pienso que es un ladrón.
¿Por qué me tiene que pasar esto un día como hoy? En este país nunca funciona nada.
Espero no permanecer acá adentro del ascensor con este pibe no más de media hora. No se para que me engaño, mejor ser realista, van a tardar 20 años en arreglar el ascensor.
Esos colores, esos colores…. Esa remera roja. Este chico me suena de algún lado. Mientras más piense menos me voy a acordar.
Espero que mi mama no me mate por llegar tarde, nunca puedo cumplir nada. Que tonta soy, que tonta, prometí estar a las 19:30hs. La culpa no la tengo yo. Yo no tengo la culpa de que todo funcione mal y quedarme encerrada con un pibe que ni habla ni mira.
La pizzería de Roqui… creo que debe ser de ahí. ¿Y si le pregunto? No se. Si no es, quedo como una tarada.
“¿Que mal no?”, seguramente lo dijo para romper el hielo. Que  pregunta estúpida, es obvio que esta todo mal, más que mal. “Se me está enfriando la pizza” ¿Habrá agregado esa frase por mi incomodo silencio? Que tonta que soy, ni una palabra puedo decir, ni una!!
Ahora ya sé que  es el repartidor de pizza. ¿Trato de romper el hielo o lo ignoro?.
“¿Qué llevas ahí?”. Ah bue, podría ganarme un premio a la mas idiota. Como le voy a preguntar eso si trabaja en una pizzería. “Supongo que una pizza, ¿Cómo te llamas?”, que linda voz, que rico olor a pizza. La verdad que podría abrirla y convidar un poquito, que gente egoísta.
“Victoria. ¿Y vos?” “Martin, ¿tenes hambre?” Me vio cara de muerta de hambre o me esta leyendo la mente. Ya fue, le digo que sí, tengo hambre.
¿Qué es ese ruido? Que se haya arreglado, que se haya arreglado, que se haya arreglado. Justo cuando Martin me está hablando y me convida pizza me tengo que ir.
“Parece que ya nos vamos, ¿abro igual la pizza?” “No, está bien.” Por fin el ascensor empieza a bajar. Estar entre el piso 7 y 8 me da un poco de miedo.
Le podría pedir el celular.
“Bueno, ya me voy, espero que la pizza no esté demasiado fría”
Sonrío como una tonta porque no se me ocurre nada para decir. Se me ocurre pedirle el celular pero no me da la cara. Así que mejor camino, mi mama debe estar enojada por la tardanza.
Además si estaría interesado me lo hubiera pedido el. Me hubiera pedido el celular, el facebook, el twitter, algo. O por ahí estaba como yo. No se. Menos mal que nadie escucha lo que pienso.