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Somos exclavos de nuestras palabras y dueños de nuestro silencio



viernes, 1 de febrero de 2013

Te amo


Ella se acerco y le susurro al oído sin esperar una respuesta. El sorprendido
le pidió con entusiasmo que lo repitiera.
- Te amo - volvió a decir ella con una sonrisa y con una voz cálida y tranquila que solo él podía oír.
El la abrazo, la miro a los ojos y respondió.
-Yo también te amo, karen.
Esa noche podía ser casi perfecta, inundada de amor y nada mas. Una noche vacía de odios
y rencores, una noche que ella dedicaba solo para el.
Se abrazaron felices y recién cerraron sus ojos al amanecer como si nada ni nadie existiera en el mundo. Solo ellos, completos de felicidad.
Un sentimiento incomparable, de compañía. Ojala que todos los días al despertar te pueda ver una vez mas, pensó ella mientras se dormia

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